La memoria
histórica de Barranquilla está ligada a sus canales fluviales o a los llamados “caños”.
Sobra decir que gran parte del surgimiento como urbe y su despegue industrial se
debió en gran medida a que ellos mismos facilitaron el ingreso y egreso de
bienes materiales, mercancías, materias primas y personas que llegaban
directamente a los puntos de gestión y realización, ya fuese como bienes
industriales o como actividades de labor o comercio. Esa inmediatez y prontitud
en el manejo de todos estos intercambios le imprimió a la ciudad de
Barranquilla una solidez comercial que era la envidia de otras urbes en Colombia.
De ahí su acelerado crecimiento…
Hasta
mediados de los años 40 era factible la pesca en los caños de Barranquilla y
aquellos que vivían en sus riberas, derivaban su sustento en gran medida de
esta actividad. El primer gran error, consistió en hacer que el sistema de
manejos de las aguas residuales desembocase en estos cuerpos de agua. Para esa
época la corriente de los caños era constante y controlada, lo cual daba la
supuesta confianza que el flujo de agua podía manejar todas esas excretas.
Foto 1. Vista del Caño del Mercado en
los años treinta en Barranquillita.
Un dinamismo
industrial aupado por una veloz comunicación con el río posibilitaba un
crecimiento incomparable para la ciudad. Pero el ingreso de nuevas modalidades
de transporte y de paso, el crecimiento de la inmundicia por el vertimiento de
aguas no tratadas y la desatención por parte de las autoridades de la época,
hicieron que poco a poco estas vías hídricas fuesen perdiendo su atractivo. Esa
desatención sesgada y clasista por parte de la dirigencia pública y privada,
que persiste hoy día en nuestro ámbito, incidió en que se mirase a toda el área
de influencia de los caños y al sector de Barranquilla como terrenos
descartables para cualquier desarrollo urbanístico. Este quizá fue un error
coyuntural y de marca mayor el cual, hasta nuestros días, nos sigue impactando
e influenciando negativamente para la ulterior asimilación de todos estos
espacios.
Foto 2. Bifurcación de los caños de Los
Tramposos, del Mercado y de Las Compañías
Obsérvese en
la foto que el caño del mercado era amplísimo y exuberante; Como para el
tránsito de los vapores que navegaban más allá de la intendencia fluvial. Había
astilleros de embarcaciones y bongos de gran magnitud y de paso, el complejo urbanístico
de nuestra otrora Barranquilla giraba alrededor de esta hidrografía. Los testimonios
fotográficos son elocuentes y llenos de una belleza incomparable la cual
tristemente hemos dejado perder. Eran canales llenos de vigor biológico, con
profundidades importantes, fácil accesibilidad en sus orillas y lo más
sólido, revestidos de una interacción entre el hombre y el medio ambiente. Precisamente
esa complementariedad fue su designio crucial para el avance de Barranquilla
como ciudad pujante y de progreso. El mercado era limpio y accesible, dinámico
y fresco con una importante masa arbórea que circundaba los caños, los cuales
estaban provistos de una oferta de alimentos y productos de variada clase que
podían adquirirse directamente en las embarcaciones. A eso agréguenle que la
cadena de intermediación se circunscribía a una relación directa entre el
productor de la mercancía o un intermediario más, con el consumidor directo. Quizá
por eso la ciudad era barata y amable a la vez…
Pero hoy no…
Hoy día impera un olvido y un desafuero abyecto. Estas actitudes en algún
momento son inentendibles y desde otro punto de vista inexcusables.
Foto 3. Vertimiento de aguas
industriales al caño de La Ahuyama
Después de
una historia tan noble con la cual están revestidos estos cuerpos de agua, hoy
parece que quisiésemos pasarle la factura de la indiferencia y la ignominia. Esas
industrias que otrora lograron el empuje con la apertura que les brindaban los
caños hoy le retribuyen el favor a punta de botaduras de aguas residuales no
tratadas. Si hay algunos que propician el olvido y el destierro de los canales
o caños de Barranquilla, pues su postura yerra a groso modo. Hay que insistir
en su recuperación y en darle ese apego turístico y comercial que tanta buena
vida nos brindó. La historia pesa y brinda ilustración.
Víctor Marenco
Boekhoudt
Ing. MSc.
quisiera saber las fuente de esta información.
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