domingo, 18 de febrero de 2018

ANÁLISIS ENTRE LÍNEAS...

Por Víctor Marenco Boekhoudt

"Ojo por ojo y nos quedaremos ciegos..." Mahatma Gandhi.

Las fuerzas enconadas de la reacción en Colombia, que han gobernado y mandan en este país desde hace más de 199 años, no querían un proceso de paz como el firmado con las FARC. ¿Saben por qué? Pues simplemente por lo que está pasando en nuestros derredores. "No te entiendo Víctor" diría un advenedizo. Claro amigo, lo que sucede y pasa es que esto que pasa y sucede no había acaecido antes. "¿Cómo así?" Diatriba el interlocutor... Hombre muy simple. Se han abierto nuevos espacios, la gente hace cuentas, los diarios y noticieros no son las únicas referencias, la plausible instantaneidad de los mensajes de nosotros mismos, impacta con fuerza. El diálogo vive como la verdolaga en playa.

Un proceso de paz de esta índole, antes de propiciar la paz, ha abierto otras puertas. El desborde de los salones de diálogos es inmenso. El globo ese que contenía el dolor infundido, el miedo impoluto y las pieles erizadas de desinfortunio se espichó. Lo mejor: no hay reversa. Ahora es cuando... Para atrás, ni para coger impulso... Y tantos otros dichos que sustentan una nueva actitud. ¿Saben lo que eso significa? Pues una nueva forma de fundamentar la política. Los dictados se irán diluyendo poco a poco, aquellos jefes electoreros se irán desvaneciendo de viejos y otros de jóvenes brutos, la compra de votos se irá encareciendo más y todo esas actitudes pueriles anti-electorales, se tornarán intrascendentes.
Ese era y sigue siendo el gran temor de otrora y de ahora... ¿Me explico? ¿No? Es que antes no se hablaba de un tema con tal amplitud como ahora. Y a eso le temía la reacción... Sí a eso, a la certeza de la información, a la veracidad de la
misma y  a su inherente intercambiabilidad más que inmediata.

Se acabó el miedo a los medios de antes. Cualquier falacia o jugarreta es desmentida al instante. A eso me refiero... Ese es y era el temor al proceso. Antes veíamos un guerrillero tirando bala, hoy los vemos huyéndole a una "güevonada". Tenían un circo de presos tras alambres, hoy se esconden detrás de guardias para apaciguarse de las bolsas de agua. ¿Me pillas la jugada? Les decían desmovilízate y ahora que lo han hecho, como lo dijo Jorge, le tienen pavor no al guerrillero sino a la libertad de expresión en que estamos: ¡Al cuero!... ¿Acaso es malo?  ¡Claro que no! He ahí el meollo señores... Ahí está... Dado a que el embeleco desinformativo no tiene el abarque de antes y se desvirtúa con facilidad, se les cayó la farsa. Que el mismo aúlico reconozca el miedo a que el otro puntee en las encuestas testimonia su descuido comunicacional y sustenta el temor a la paz.

Por eso no querían que el proceso se fraguara pero ya es tarde. Olvídense de aplica el terror. Significaría un error de marca mayor y certificaría, además del absurdo derrame de sangre, la incapacidad de la reacción para  seguir manejando el país en términos neodemocráticos.

La paz denota mayor movilidad opinacional y el destaque de las posturas que generen bondad, bien y la recostura del tejido social. De ahí el rechazo al ELN... de ahí el rechazo a la matanza de los líderes sociales y a la regeneración de miedos y fobias. Los doctos de antes están rezagados; no les creen... Ahora reviven a los muertos y los hacen hablar... Ahora edulcoran los chismes y los ponen a  zapatear... Y la gente no les come cuento... Se quiere paz y no pasividad. Se desea un nuevo rumbo, un sabor dulzón de mieles de panela, una buena salud, una bella educación, una fresca mañana  y un sano resplandor.

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